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Evolución de la energía limpia

La energía limpia, en realidad, fue la primera fuente de energía que utilizó el humano.

Desde tiempos remotos el sol, el aire y el agua fueron los auxiliares principales para las labores cotidianas. Desde la navegación con barcos de vela, los molinos junto a los ríos, o la forma en la que se construían los edificios para aprovechar la luz y el calor del sol. El ser humano simplemente tenía que adaptar sencillas máquinas para aprovechar lo que ya se encontraba en la naturaleza. Así comenzó la evolución de la energía limpia.

Sin embargo, la velocidad con la que las civilizaciones fueron creciendo, los avances científicos de distintas épocas, y la necesidad de la constancia de los elementos naturales, llevaron a la utilización de otras fuentes de energía que no eran tan naturales. Empezando por los animales, luego el carbón y otros combustibles, que llevaron al humano a explotar fuentes no renovables. Que en un inicio parecían no tener un fin, que no representaban un gran problema ambiental, ni económico al ser poblaciones o comunidades pequeñas.

Pasaron poco menos de dos siglos para que la humanidad y su crecimiento hicieran notar que la explotación de recursos naturales no renovables, ha sido contraproducente. Un error contaminante, no solo para el medio ambiente, sino que ha atentado contra la salud y el bienestar del ser humano.

Foto de Jem Sanchez en Pexels

Aun así, fue hasta 1970 que se volvió a considerar como opción, la utilización de energía limpia, como “alternativa”. Pero al día de hoy, esta forma de obtención de energías ya no es opcional, debe considerarse como la primordial y la óptima. Y no solo eso, el humano está en desarrollo de más avances tecnológicos y científicos para resolver los daños ocasionados por el mal uso de los recursos, y que lo lleven a regresar al origen, aprovecharla sin intervención humana, y continuar así la evolución de la energía limpia.